Pan de trigo sarraceno y semillas

Pan de trigo sarraceno y semillas

A pesar de su nombre, el trigo sarraceno no es trigo ni es un grano, ¡sino una semilla! Este pan tan delicioso y denso está repleto de semillas lo que lo convierte en un alimento proteico rico en grasas omega-3 altamente hidratantes para la piel, y minerales que estimulan el colágeno.

A pesar de su nombre, el trigo sarraceno no es trigo ni es un grano, ¡sino una semilla!

Este pan tan delicioso y denso está repleto de semillas lo que lo convierte en un alimento proteico rico en grasas omega-3 altamente hidratantes para la piel, y minerales que estimulan el colágeno. No tienes que ser intolerante al gluten para disfrutar de su sabor y todos sus beneficios.

Puedes hacerlo en casa y guardarlo en el frigorífico envuelto en papel film hasta 3 días o congelarlo en rodajas hasta un mes.

Ingredientes

  • 400 g de trigo sarraceno en grano, previamente remojado en agua fría una hora y escurrido
  • 250 ml de agua
  • 60 ml de aceite de oliva virgen extra y un poco más para untar el molde
  • 2 cda. de semillas de chía
  • 2 cda. de semillas de lino
  • 1 cda. de miel
  • 2 cdta. de vinagre de sidra de manzana sin pasteurizar
  • 1 cdta. de bicarbonato de sodio
  • 1 cdta. de sal del Himalaya
  • 65 g de amaranto, previamente remojado en agua fría una hora y escurrido
  • 65 g de quínoa enjuagada en agua
  • 50 g de semillas de calabaza, previamente en remojo en agua fría una hora y escurridas
  • 50 g de semillas de girasol (pipas), previamente remojadas en agua fría una hora y escurridas

Elaboración

Antes de elaborar este pan ten en cuenta que debes poner a remojo en agua fría y durante una hora el trigo sarraceno, el amaranto, las semillas de calabaza y las pipas (todo ello por separado).

Precalienta el horno a 160ºC y prepara un molde rectangular (23 x 10 cm aproximadamente) untándolo con aceite de oliva.

Una vez remojado, muele el trigo sarraceno finamente en un procesador eléctrico de alta velocidad hasta obtener una consistencia similar a una papilla. A continuación, pásalo a un bowl y añade el agua, el aceite de oliva, las semillas de chía, las semillas de lino, la miel, el vinagre, el bicarbonato de sodio y la sal. Mézclalo todo bien y reserva durante 10 minutos para que las semillas de chía se hidraten. 

En otro bowl más pequeño mezcla el amaranto, la quínoa y las semillas de calabaza. Una vez incorporado, extrae media taza de esta mezcla para cubrir la superficie del pan antes de introducirlo en el horno. Añade esta mezcla de semillas al bowl con el trigo sarraceno y revuelve cuidadosamente hasta que se integren todos los ingredientes.

Vierte la masa en el molde preparado y esparce la media taza que previamente has reservado con las semillas por la parte superior.

Llévalo al horno durante 2 horas hasta que esté dorado y el pan suene hueco al golpearlo en la base. Déjalo en el molde 15 minutos para dejarlo enfriar ligeramente y a continuación colócalo sobre una rejilla para que enfríe completamente.

Córtalo en rodajas y sirve para acompañar tus platos o degustar solo. Buenísimo untado con mantequilla...

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